Los principales cultivos comerciales de La Junquera son cereales como el trigo chamorro, la cebada cervecera y el centeno gigantón. Utilizamos variedades antiguas de granos que tienen raíces más profundas y son más resistentes a años difíciles con poca lluvia, estabilizando así la cosecha. Los granos se rotan con leguminosas para fijar nitrógeno y mejorar el suelo.

Los almendros forman parte de los primeros pasos para diversificar los cultivos y pasar a la producción regenerativa. Los árboles crecen en secano utilizando cubiertas vegetales para mejorar las condiciones del suelo. Hoy en día las almendras se distribuyen a través de La Almendrehesa.

Plantamos espliego, romero, tomillo y salvia entre líneas de árboles y en los setos de las parcelas, así como a escala de cultivos. Estas plantas tienen la capacidad de sobrevivir la larga estación seca aquí en el sur de España y se pueden ver creciendo de forma silvestre en las colinas alrededor de La Junquera, creando un hogar perfecto para los polinizadores.

Tenemos una parcela de 6 hectáreas de pistachos que comenzó como un experimento en 2013. Hemos adquirido conocimientos sobre cómo cultivar este cultivo de manera sostenible y adaptado a las condiciones de secano del altiplano. Con la Regeneration Academy hemos encontrado la manera de implementar franjas de vegetación permanente que no perjudiquen la producción.

Trabajamos con bancos de semillas para recuperar el huerto tradicional murciano, tanto en técnicas como en variedades locales para recuperar, promocionar y poner en mercado variedades autóctonas que se están perdiendo. Con parte de la cosecha hacemos salsas, mermeladas y encurtidos para conservar productos para el invierno.

Estamos en proceso de recuperar una especie en peligro de extinción, la vaca murciano-levantina, de la que tenemos 20 de las 30 que quedan en el mundo. El manejo holístico de los pastos es otra técnica de regeneración que aplicamos en la finca, donde las vacas son un elemento fundamental.

En el 2021, decidimos plantar un viñedo de 5 hectáreas en línea clave con variedades locales, una excelente manera de empezar a regenerar la tierra y pronto tener nuestra propia producción de vino.

El viñedo ha sido plantado en un terreno rocoso a 1.200 metros de altitud.

Tenemos un huerto de manzanos de 0,5 hectáreas donde dejamos una cubierta vegetal todo el año y que hemos intercalado con aromáticas para aumentar la biodiversidad. De las manzanas hacemos una deliciosa sidra natural y un dulce zumo de manzana.